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MI DESNUDO FLAMENCO, imagen y palabras ¿qué vale más?

martes, 8 de septiembre de 2015

QUISIERA SER UN PEZ

Cada ser tiene sus propios miedos.
Cada ser tiene sus propias fobias.
Cada ser tiene sus propios traumas no superados.
El miedo, la fobia, el trauma creo que son características aliadas al raciocinio dado en los seres humanos y no se presenta en  todos los mamíferos de la misma forma.  Aunque la supervivencia es la supervivencia y el miedo está muy ligado a ella, y todo, todos, somos animales.

El caso es que yo he realizado una teoría sobre uno de mis grandes miedos, provocado por un trauma aún no superado y que me ha producido ciertas fobias. Esta teoría me lleva a hablar de ese miedo pero también de otras cosas. Y hoy, a menos de 24 horas de cumplir 30 años, os lo voy a contar: mi gran miedo es a la sensación de no poder respirar, de asfixia, de ahogarme y de atragantarme. Me faltan dedos de las manos y de los pies para contar la de veces que me he enfrentado a esta situación, la de atragantarme. Me he atragantado con alimentos, agua, en el mar o con mi propia saliva. Curioso ¿no?  Y es que al menos me pasa esto una vez a la semana o cada diez días. Creo que es un índice alto de atragantamiento el mío. Puedo decir que padezco una enfermedad: padezco de atragantamientos.  Esta palabra escrita tantas veces me pone los pelos de punta.
Y en base a esto he llegado a esta teoría, llamada por mí, de los tres orificios.
Lo repito: voy a describir “Mi teoría de  los tres orificios”

Siempre se habla del cuerpo humano como una máquina perfecta, creo que esto tiene mucho que ver con los puntos de vista del antropocentrismo,  como algo impresionante capaz de vivir. Pero mi cuerpo humano tiene ciertos fallos, por lo menos si lo relaciono con mi gran miedo. Lo que me lleva a cuestionarme porqué ciertos orificios nos permiten vivir y morir al mismo tiempo.  Cosa que no pasa en otras especies de animales.
El ser humano necesita de muchas cosas para vivir, la máquina necesita de muchas energías para funcionar, pero las más básicas e imprescindibles son la comida y el aire.

Comer y respirar.

Se respira por un orificio: la NARIZ, pero también por la boca, orificio por el cual también, comemos. Y si nos adentramos un poco más en los sistemas digestivo y respiratorio vemos que están muy cerca, demasiado conectados para mi gusto. Si necesito comer para vivir y necesito respirar para vivir ¿por qué tan pocos milímetros separan los conductos de estos dos aparatos? ¿por qué incluso comparten algunos conductos?  Es algo que no me puedo explicar ¿por qué lo han hecho así?
En cuanto a otras especies, por ejemplo, los peces, respiran por branquias y comen por la boca. Esto sí que me parece perfecto.

Si como algo, y la epiglotis, cuya función es obstruir el paso del bolo alimenticio en el momento de la deglución evitando que este se vaya al sistema respiratorio, no hace bien su trabajo por un fallo del sistema, porque somos máquinas y esto puede ocurrir, ese alimento o bebida se “va por el otro lado” y…

…BOOM

Puedo morir.

En cuanto al orificio BOCA, también nos tiende una segunda trampa, además de la trampa respiratoria: la obesidad. Por la boca entra el alimento que necesitamos para tener energía con la que nuestros órganos funcionen, pero podemos no tener un buen control sobre esto y “comer por los ojos” (¿los ojos se consideran orificio?) lo que nos llevaría a un problema de sobrepeso que nos trastornaría de forma física y mental. Porque claro, todos queremos ser estupendos físicamente y no tener problemas para comprar ropa, además de las enfermedades que puede conllevar un problema de este tipo y los trastornos posibles que ya conocemos.
Sí, todo esto puede provocarlo el hecho  de comer, un hecho básico y que es vital para el ser humano. Menuda trampa también la de este orificio. Mi padre siempre dice: “hay quien vive para comer y quien come para vivir”… y ahí lo voy a dejar.

A estas alturas os preguntaréis, y ¿cuál es el tercer orificio? Pues es un orificio femenino. No voy a dar su nombre para proteger su identidad. Pero me planteo, en esta teoría de los orificios mal confeccionados de ésta, nuestra “máquina perfecta”, que hay otro gran fallo. ¿Por qué para utilizar este orificio y obtener placer, tenemos que sentir el miedo de un posible embarazo no deseado?
Por qué el placer esta, no cerca, si no unido al conducto de la reproducción. ¿Por qué es el mismo procedimiento para una cosa que para la otra? Es que no es lo mismo, joder. Yo puedo querer obtener placer sin sentir la necesidad de reproducirme y traer una nueva vida al mundo.  Entonces hay que llevar mil cuidados en este tema. Quiero un botón en mi máquina que desconecte la reproducción cuando mi objetivo único sea el placer. 
Y ya me he  enfadado.
Demasiados orificios en nuestro cuerpo que no están perfectamente puestos en su sitio, ni sus funciones son las que me gustaría que fueran.

Si alguna vez me quisiera operar de alguna cirugía de mi elección, en plan cirugía estética, querría poder solucionar esto. Algunos piensan que su nariz no está bien hecha, o sus orejas,  sus pómulos o culo, en fin cosas que se ven. Pero yo quiero mejorar algo de dentro, algo que no se ve y que me quita el sueño, me traumatiza y que me acompleja, ya que no soy capaz de comer jamón (por las hebritas blancas) cuando hay mucha gente o en un bocadillo, no puedo comer calamares sin partirmelos en mil pedazos infinitamente enanos, y no puedo reírme en una reunión de amigos si hay comida y bebida de por medio y así una lista interminable de cosas. Quiero operarme y que mis conductos de comer y respirar no estén conectados. Conclusión:


QUIERO SER UN PEZ