Cada ser tiene sus propios miedos.
Cada ser tiene sus propias fobias.
Cada ser tiene sus propios traumas no superados.
El miedo, la fobia, el trauma creo que son características
aliadas al raciocinio dado en los seres humanos y no se presenta en todos los mamíferos de la misma forma. Aunque la supervivencia es la supervivencia y
el miedo está muy ligado a ella, y todo, todos, somos animales.
El caso es que yo he realizado una teoría sobre uno de mis
grandes miedos, provocado por un trauma aún no superado y que me ha producido
ciertas fobias. Esta teoría me lleva a hablar de ese miedo pero también de
otras cosas. Y hoy, a menos de 24 horas de cumplir 30 años, os lo voy a contar: mi gran miedo es a la sensación de no poder
respirar, de asfixia, de ahogarme y de atragantarme. Me faltan dedos de las
manos y de los pies para contar la de veces que me he enfrentado a esta
situación, la de atragantarme. Me he atragantado con alimentos, agua, en el mar
o con mi propia saliva. Curioso ¿no? Y es que al menos me pasa esto una
vez a la semana o cada diez días. Creo que es un índice alto de atragantamiento
el mío. Puedo decir que padezco una enfermedad: padezco de
atragantamientos. Esta palabra escrita
tantas veces me pone los pelos de punta.
Y en base a esto he llegado a esta teoría, llamada por mí,
de los tres orificios.
Lo repito: voy a describir “Mi teoría de los tres
orificios”
Siempre se habla del cuerpo humano como una máquina
perfecta, creo que esto tiene mucho que ver con los puntos de vista del antropocentrismo,
como algo impresionante capaz de vivir.
Pero mi cuerpo humano tiene ciertos fallos, por lo menos si lo relaciono con mi
gran miedo. Lo que me lleva a cuestionarme porqué ciertos orificios nos
permiten vivir y morir al mismo tiempo. Cosa que no pasa en otras especies de
animales.
El ser humano necesita de muchas cosas para vivir, la
máquina necesita de muchas energías para funcionar, pero las más básicas e
imprescindibles son la comida y el aire.
Comer y respirar.
Se respira por un orificio: la NARIZ, pero también por la
boca, orificio por el cual también, comemos. Y si nos adentramos un poco más en
los sistemas digestivo y respiratorio vemos que están muy cerca, demasiado
conectados para mi gusto. Si necesito comer para vivir y necesito respirar para
vivir ¿por qué tan pocos milímetros separan los conductos de estos dos
aparatos? ¿por qué incluso comparten algunos conductos? Es algo que no me
puedo explicar ¿por qué lo han hecho así?
En cuanto a otras especies, por ejemplo, los peces, respiran
por branquias y comen por la boca. Esto sí que me parece
perfecto.
Si como algo, y la epiglotis, cuya función es obstruir el
paso del bolo alimenticio en el momento de la deglución evitando que este se
vaya al sistema respiratorio, no hace bien su trabajo por un fallo del sistema,
porque somos máquinas y esto puede ocurrir, ese alimento o bebida se “va por el
otro lado” y…
…BOOM
Puedo morir.
En cuanto al orificio BOCA, también nos tiende una segunda
trampa, además de la trampa respiratoria: la obesidad. Por la boca entra el
alimento que necesitamos para tener energía con la que nuestros órganos
funcionen, pero podemos no tener un buen control sobre esto y “comer por los
ojos” (¿los ojos se consideran orificio?) lo que nos llevaría a un problema de
sobrepeso que nos trastornaría de forma física y mental. Porque claro, todos
queremos ser estupendos físicamente y no tener problemas para comprar ropa,
además de las enfermedades que puede conllevar un problema de este tipo y los
trastornos posibles que ya conocemos.
Sí, todo esto puede provocarlo el hecho de comer, un hecho básico y que es vital para
el ser humano. Menuda trampa también la de este orificio. Mi padre siempre
dice: “hay quien vive para comer y quien come para vivir”… y ahí lo voy a
dejar.
A estas alturas os preguntaréis, y ¿cuál es el tercer
orificio? Pues es un orificio femenino. No voy a dar su nombre para proteger su
identidad. Pero me planteo, en esta teoría de los orificios mal confeccionados
de ésta, nuestra “máquina perfecta”, que hay otro gran fallo. ¿Por qué para
utilizar este orificio y obtener placer, tenemos que sentir el miedo de un
posible embarazo no deseado?
Por qué el placer esta, no cerca, si no unido al conducto de
la reproducción. ¿Por qué es el mismo procedimiento para una cosa que para la otra? Es que no es lo mismo, joder. Yo puedo querer obtener placer
sin sentir la necesidad de reproducirme y traer una nueva vida al mundo. Entonces hay que llevar mil cuidados en este tema. Quiero un botón en mi máquina que desconecte la reproducción cuando mi objetivo único sea el placer.
Y ya me he enfadado.
Demasiados orificios en nuestro cuerpo que no están
perfectamente puestos en su sitio, ni sus funciones son las que me gustaría que
fueran.
Si alguna vez me quisiera operar de alguna cirugía de mi
elección, en plan cirugía estética, querría poder solucionar esto. Algunos
piensan que su nariz no está bien hecha, o sus orejas, sus pómulos o culo, en fin cosas que se ven.
Pero yo quiero mejorar algo de dentro, algo que no se ve y que me quita el
sueño, me traumatiza y que me acompleja, ya que no soy capaz de comer jamón
(por las hebritas blancas) cuando hay mucha gente o en un bocadillo, no puedo
comer calamares sin partirmelos en mil pedazos infinitamente enanos, y no puedo
reírme en una reunión de amigos si hay comida y bebida de por medio y así una
lista interminable de cosas. Quiero operarme y que mis conductos de comer y
respirar no estén conectados. Conclusión:
QUIERO SER UN PEZ